No es la primera vez que ocurre una filtración ilegal entre empresas. Hace unos meses, Samsung detuvo a un ex alto directivo con conexiones directas en China, quien aprovechó la situación para compartir secretos relacionados con la producción y desarrollo de chips. Una vez más, el país asiático se encuentra en el centro de la polémica, ya que esta vez ha sido vinculado directamente con Google.
Según informa el portal Ars Technica en una reciente publicación, Linwei Ding (también conocido como Leon Ding) ha sido acusado por un gran jurado federal de apropiarse de tecnología confidencial de inteligencia artificial mientras trabajaba clandestinamente para empresas chinas del mismo sector. Al parecer, Ding estableció una empresa en su país de origen sin que Google lo supiera. Según la acusación, se aprovechó de su posición privilegiada para obtener secretos comerciales, lo que le ha valido cuatro cargos de robo que podrían tener consecuencias graves.
Se apoderó de más de 500 archivos confidenciales
Según lo narrado en la noticia, Ding llevó a cabo estas acciones entre mayo de 2022 y mayo de 2023. Al parecer, transfería los archivos a su cuenta personal de Google Cloud utilizando un método para evitar activar alarmas: copiaba los datos desde Google a Apple Notes mediante un MacBook (suministrado por Google) y, a partir de ahí, convertía los archivos a formato PDF. Posteriormente, presentó su renuncia en diciembre de 2023, ya que había comenzado a levantar sospechas entre otros empleados de la empresa. Sin embargo, durante sus 12 meses de actividad, se apoderó de arquitecturas de chips y diseños de software, hardware, sistemas de gestión y rendimiento de chips de GPU.
Actualmente, Ding se enfrenta a una posible sentencia de diez años de prisión como consecuencia de sus actividades ilícitas. Además, podría enfrentar una multa de 250.000 dólares por cada uno de los cuatro cargos, lo que totalizaría 1 millón de dólares si se le encuentra culpable de compartir secretos empresariales confidenciales. De esta manera, el ex ingeniero de Google podría enfrentar las graves consecuencias de su intento de transferir sus conocimientos a China, una acción que emprendió con la intención de impulsar su propia empresa de inteligencia artificial.